Refugio en las Antípodas: Ventanas a la Tierra Media

Huka Lodge.


No hay lugar más remoto en el planeta, pues Nueva Zelanda es el país de nuestras antípodas. Quizás también, por eso, la nación de los kiwis (llamados así por esa simpática ave, auténtico símbolo nacional) ejerce sobre nosotros una irresistible fascinación. Una atracción que ahora comparte buena parte del resto del planeta, gracias a la visión de los espectaculares paisajes que pudimos disfrutar en la trilogía cinematográfica de El Señor de los Anillos. Estas películas, sin duda, han sido los mejores promotores turísticos de Nueva Zelanda en las últimas décadas.
De las dos islas que conforman el país (Isla Norte e Isla Sur), la más septentrional es la que tiene mayores contrastes paisajísticos, con grandes montañas de origen volcánico, glaciares, ríos, bosques, lagos, costas con espectaculares acantilados y grandes playas de arena, además de ciudades como Wellington (la capital), Auckland o Hamilton, llenas de atractivos culturales. Aunque lo cierto es que no son las grandes urbes las que más visitantes atraen a este fascinante lugar, sino la posibilidad de realizar diversas actividades deportivas al aire libre: desde esquí hasta submarinismo y desde las más diversas rutas de senderismo hasta recorridos en globo o helicóptero.

Eso sin olvidar la faceta gourmet y vinícola, pues aquí se producen vinos comercializados a precios muy buenos que se cultivan y crían mediante técnicas interesantes para los conservadores métodos de vinificación a la europea.

Golf y Spa a la carta

Tanta diversidad de reclamos turísticos se traslada también a la oferta de alojamientos, con hoteles de gran calidad y originalidad, que ofrecen servicios confortables, incluso lujosos, tanto en el medio rural como en el urbano. Buen ejemplo de los primeros es The Farm at Cape Kidnappers (www.capekidnappers.com), una antigua granja reconvertida en un Relais & Châteaux con mucho charme y que es una meca para amantes del golf, gracias al recorrido de más de 6.500 metros que se encuentra en el recinto del hotel. También es un destino soñado para los amantes del vino, pues en la región donde está el hotel se producen algunos de los mejores caldos del país. En cuanto a las instalaciones y servicios, los huéspedes pueden alojarse en alguna de las 22 suites, o bien en la casa de campo, con cuatro habitaciones. También relajarse con los tratamientos a la carta de su Spa, que tiene una atractiva piscina exterior, o disfrutar de la gastronomía que se sirve en su restaurante The Dinning Room.

Habitaciones de estilo victoriano

En Auckland, una de las ciudades más interesante de la Isla Norte –aquí se concentra una cuarta parte de la población total del país–, se encuentra DeBrett (www.hoteldebrett.com), un hotel boutique que tiene una prolongada historia (fue inaugurado en 1841) y recientemente ha sido reformado, mostrando ahora un diseño atractivo y original. En total hay 25 habitaciones y suites, muy espaciosas, cada una con su propio estilo y adaptadas para viajeros con diferentes personalidades y necesidades. Por ejemplo, en todas ellas hay una carta de almohadas, conexión wi-fi de hasta 10 megas en la habitación, reproductor de DVD, o televisión con pantalla LCD. Capítulo destacado merece su House Bar, lugar que forma parte de la historia de la ciudad como uno de los principales puntos de encuentro de lo más granado de Auckland. Tampoco hay que perderse una cena, al menos, en su Kitchen Restaurant, para disfrutar de la experiencia de la cocina neozelandesa contemporánea.

Quienes quieran disfrutar de unos días en pleno campo, junto a la localidad de Cambridge se encuentra Sarnia Park Boutique Lodge (www.sarniapark.co.nz), un encantador alojamiento de solo siete habitaciones decoradas en estilo victoriano que están situadas en una típica construcción colonial británica rodeada por un espectacular jardín. Tanto, que este es uno de los lugares favoritos para la celebración de bodas en la zona de Hamilton. Aparte del placer de pasear por ellos, de bañarse en la piscina climatizada, de relajarse en el Spa, de leer un libro, de charlar con otros huéspedes en los confortables salones del hotel o jugar a la petanca y el críquet, se puede disfrutar de la campiña recorriendo alguna de las rutas senderistas y ciclistas. Incluso se puede degustar un típico picnic campestre. También merece una visita detallada la Reserva Ecológica de Maungatatauri, que exhibe una impresionante diversidad de flora y fauna muy próxima al hotel.

Desayuno a orillas de un lago

Por último, muy agradable resulta también la estancia en Lake Taupo Lodge (www.laketaupolodge.co.nz), junto al lago Taupo, que, con sus más de 600 kilóemtros cuadrados es el más extenso de Nueva Zelanda. De las seis suites de este pequeño alojamiento, la denominada Cherrywood Suite y la Lake Suite resultan las más atractivas. Todas disponen de un acceso directo al jardín del lodge, además de mesa y sillas desde donde poder disfrutar del espectáculo de la naturaleza que rodea el lago mientras se desyauna o se cena. De hecho, y para aprovechar las magníficas panorámicas, en la recepción se puede solicitar el préstamo de prismáticos con los que observar más de cerca la rica fauna de la zona. Por la noche, nada mejor que disputar una partida de billar o disfrutar de una charla al calor de la chimenea tras el placer de la rica gastronomía local que se sirve en su restaurante.

Selección Viajar: El íntimo Huka Lodge

Los cinéfilos más avezados, al acercarse a Taupo, asocian enseguida los paisajes que rodean la mayor superficie lacustre de la neozelandesa Isla Norte con la película El Señor de los Anillos. No es extraño, porque el entorno del lago, junto con el monte Rapheau, de casi 2.800 metros, fueron los escenarios elegidos por Peter Jackson, por su espectacularidad, para ambientar el país de Mordor en la célebre trilogía. Precisamente en este lugar, a orillas del río Waikato, es donde se encuentra uno de los alojamientos con más personalidad de Nueva Zelanda: Huka Lodge, miembro del selecto grupo de The Leading Hotels in the World. Un estiloso establecimiento, muy íntimo (tiene tan solo 25 habitaciones, distribuidas entre 18 habitaciones lodge, una suite y dos cabañas independientes, privadas e ideales para familias), que resulta perfecto para disfrutar del entorno natural en que se encuentra y para realizar actividades como senderismo, bicicleta de montaña, pesca, caza, rutas a caballo, rafting, piragüismo y la posibilidad de jugar al golf (a unos 20 minutos del hotel) o de realizar excursiones en helicóptero sobre las cercanas montañas.

La experiencia de la naturaleza se prolonga en las siete hectáreas de mimados jardines de este alojamiento; también con el constante rumor del río, cuyas aguas fluyen hasta las cercanas cataratas Huka, uno de los reclamos naturales más visitados del país. Para los más gourmets, en su restaurante (donde los comensales se sientan a la misma mesa) o en cualquiera de los 20 espacios habilitados para este fin (incluso al aire libre), se sirve cada noche una cena de cinco platos, claros exponentes de la creatividad del chef holandés Michel Louws. Esta cena y el desayuno campestre están incluidos en el precio de las habitaciones. Además, los huéspedes de las cabañas pueden solicitar que uno de los cocineros del equipo se ocupe de su comida o cena privada. Y muy destacable es el hecho de que los huéspedes puedan disfrutar de tratamientos faciales y masajes en su propia habitación