El tigre no es un felino cualquiera: es el gato más grande sobre el planeta. Sus 260 kilos de peso y tres metros de longitud son capaces de dispararse sobre su presa con la misma sorpresa y velocidad con que el relámpago cruza el cielo. Amante del agua y buen nadador, sus dominios se extendían por toda Asia: desde Siberia, de donde es originario, a la isla de Bali. Excelente trepador de árboles y con gran capacidad para adaptarse a ecosistemas muy variados, su versatilidad no le impide, sin embargo, ser una especie en grave peligro de extinción. Su primera gran amenaza llegó con la invención del rifle, pero quizá su peor enemigo fue la atracción que su majestuosa figura provocaba en el hombre. Hace apenas un siglo se estima que cien mil tigres vivían en libertad en India. Desde 1858, cuando el país pasó oficialmente a ser un territorio administrado por la corona británica, y hasta 1960 –trece años después de la independencia– se documentó el abatimiento de 20.000 tigres, casi todos a manos de maharajás y altos dignatarios del imperio británico. En grandes monterías a lomos de un elefante, la caza del tigre suponía el no va más del prestigio, un verdadero símbolo de poder. Muchos más murieron y mueren de forma anónima, a manos de granjeros en busca de nuevos pastos o de furtivos que comercian con sus pieles y con partes de su cuerpo apreciadas por la medicina oriental.
La maldición de su propio atractivo y la explosión demográfica de India en el siglo XX han puesto al tigre al borde de la extinción. El último censo realizado en 2011 contó 1.700 tigres en libertad, más de la mitad de la población mundial, estimada en apenas tres mil ejemplares. De las ocho subespecies que se conocían en 1940, tres se han extinguido definitivamente: el tigre de Bali, el del Caspio y el de Java. La buena noticia es que la atracción que el tigre ejerce sobre nosotros puede contribuir a salvar la especie. En 1973, el gobierno indio creó el Proyecto Tigre y se delimitaron nueve zonas de protección especial. Hoy estas zonas son 39. En 2012 se ha puesto en marcha la primera unidad de rangers dedicada exclusivamente a la lucha contra los furtivos, y se realizan campañas de concienciación para hacer comprender a la población local que el tigre puede ser el motor de su desarrollo y no una simple amenaza para su ganado.
Conservación y turismo
Madhya Pradesh, en el mismo corazón de la India, es el segundo Estado del país en relación a la concentración de tigres –algo menos de 300– y posiblemente donde más se ha avanzado para unir la conservación de la especie y el turismo. La Ruta del Tigre se ha establecido en este Estado gracias al proyecto del gobierno, a la asociación de touroperadores con el tigre (TOFT) y a la colaboración entre una empresa sudafricana y otra india que empezaron a abrir en 2006 una red de alojamientos de lujo, lodges, en los aledaños o dentro de los parques naturales. Los sudafricanos de &Beyond aportan su experiencia en la gestión de safaris, en la formación de guías naturalistas y en la implicación con las comunidades, mientras que Taj arroja todo su peso en la atención y servicio como uno de los mayores operadores hoteleros de la India y de la escena internacional. Ofrecen incluso una flota de jets privados a disposición de ese viajero que está a dispuesto a pagar más por una experiencia única, sabiendo que su dinero sirve para preservar el hábitat y contribuir a la conservación del tigre y otras especies. La ruta comprende tres Parques Naturales –Pench, Kanha y Bandhavgarh– en Madhya Pradesh, distribuidos a lo largo del sistema montañoso de Satpura Maikal, donde también se hallan algunos de los bosques más importantes de teca o sal del país.
Tres Parques Nacionales, un objetivo
El Parque Nacional de Bandhavgarh se encuentra entre las colinas de Vindya y tiene la mayor concentración de tigres de Bengala. Cuenta con un fuerte de más de dos mil años –antiguo palacio de caza del maharajá de Rewa–, otras ruinas arqueológicas del periodo Kalchin y cuevas que fueron habitadas desde la prehistoria. Además de tigres se pueden avistar osos, perros salvajes (dhole), lobos indios, leopardos, chitales, macacos y más de 150 especies de aves. Diez veces mayor, el Parque Nacional de Kanha, creado en 1955, está alejado de grandes poblaciones y es uno de los mejor conservados. Las presas del tigre abundan aquí –desde el ciervo moteado al ciervo de pantano (sambar), animal endémico de Kanha del que sólo sobreviven 1.200 individuos–, y las dimensiones del parque y su inaccesibilidad lo hacen recomendable para aquellos que dispongan de más tiempo. El río Pench, que discurre de norte a sur, divide en dos el Parque Nacional que lleva su nombre, el entorno que inspiró El Libro de la Selva, de Rudyard Kipling. Pench ha sido galardonado en 2011 como el parque mejor gestionado de la India, siendo uno de sus atractivos el abundante número de cachorros y tigres jóvenes. Las tigresas de este parque están entre las madres más exitosas, sacando adelante camadas de cuatro cachorros con frecuencia. Un dato esperanzador.
Hoteles: Lodges apra aventureros
La acertada unión entre &Beyond (www.andbeyond.com), heredera de Conservation Corporation Africa que opera en la actualidad más de 35 lodges de lujo en las grandes reservas africanas y en la jungla del centro de la India, y la cadena de hoteles india Taj (www.tajsafaris.com) ha dado como resultado cuatro maravillosos lodges que sirven como campamento base a la fascinante Ruta del Tigre, en la que normalmente se combinan dos o los tres parques en visitas de una semana a diez días.
En el Parque Nacional Bandhavgarh se encuentra Mahua Kothi, que rezuma buen gusto por los cuatro costados y está enteramente construido con materiales locales. El día empieza con las primeras luces del alba para, tras un rápido zumo de frutas y café, salir al encuentro del tigre en un todoterreno o a lomos de un elefante. El desayuno se sirve a la vuelta e incluye deliciosas especialidades indias como el arroz poha o vegetales con azafrán. Si aprieta el calor a mediodía, nada como un refrescante baño en la piscina antes del almuerzo. Luego hay numerosos rincones que incitan a la siesta, a la lectura o a la ensoñación, sin olvidar la posibilidad de un masaje ayurvédico. Al atardecer se sirven cócteles en el antiguo fuerte del maharajá de Rewa. En Pench National Park se sitúa Baghvan, que quiere decir “el bosque de los tigres”. De nuevo, materiales tradicionales y gusto exquisito. Algunas suites tienen dormitorios elevados sin paredes, una vaporosa experiencia al abrigo de las mosquiteras para soñar sin más límite que el alba.
Por último, en el Parque Nacional Kanha hay dos establecimientos disponibles. Chivan dispone de casas individuales inmersas en un terreno de más de cinco hectáreas, tiene la máxima calificación TOFT (Travel Operators For Tigers) y cuenta con todas las comodidades a sólo tres kilómetros de la entrada del parque. Banjaar Tola está dividido en dos grupos de nueve suites, todas muy espaciosas y bajo un techo de tienda de campaña que aumenta la sensación de contacto con la naturaleza. Las vistas de algunas de ellas sobre el río Banjaar son espectaculares. Dominan las fibras naturales y el bambú, así como las maderas nobles de la India… todo un conjunto de sensaciones etéreas y orgánicas.