A Maui, la segunda isla del archipiélago de las Hawái por su tamaño, se la conoce como la isla del Valle debido al profundo y fértil istmo en el que se unen las laderas de los dos volcanes que definen su perfil, Mauna Kalahawi y Haleakala (cuya caldera alcanza los 3.000 metros de altura) y que conforman un paisaje espectacular, epatante. También (aunque esto parece más lema turístico que otra cosa) algunos la llaman la Isla del Sol, haciendo referencia al clima del que disfrutan residentes y turistas durante todo el año. Todos ellos son parte de un admirable mosaico étnico formado por los descendientes de los primeros pobladores (polinesios procedentes de Tahití y las Marquesas), afroamericanos y europeos llegados durante el siglo XIX para la explotación de los cultivos de caña de azúcar y piña y, desde mediados del siglo XX, por estadounidenses y canadienses que han decidido establecer aquí su segunda residencia o incluso quedarse definitivamente.
Como ocurre con la mayor parte de Hawái, Maui es, fundamentalmente, un destino vacacional. Un lugar que vive de, por y para el turismo. Y quien viene aquí lo hace para disfrutar durante unos días de la benignidad del clima, de los contrastes paisajísticos creados por los volcanes, de alguno de los doce campos de golf existentes (diseñados por Jack Nicklaus y Arnold Palmer) y, sobre todo, de la experiencia de un mar cálido, limpio, en el que se pueden realizar las más diversas actividades. Pero también para avistar las ballenas que migran hasta aquí desde las gélidas aguas de Alaska.
Ver las estrellas
Por eso, junto a las mejores playas, los principales grupos hoteleros estadounidenses han creado hoteles y resorts con lujos y prestaciones casi inimaginables. Buen ejemplo es Hyatt Regency Maui Resort & Spa (Maui.Hyatt.com), enorme complejo de 806 habitaciones (con 31 suites) situado en uno de los arenales más espectaculares de la isla, Ka’anapali. Aquí se ofrece a cada huésped un telescopio para la observación de las estrellas y la posibilidad de disfrutar del Spa Moana, abierto a una playa de más de 500 metros de longitud, además de dos grandes piscinas, 18 tiendas de lujo, nueve bares y restaurantes, club infantil, espectáculos nocturnos (uno de ellos el Cirque Polynesia) y actividades como windsurf, surf, piragüismo y submarinismo. También el Sheraton Maui Resort & Spa (www.sheraton-maui.com), que se encuentra junto a esa misma playa. Con sus 508 habitaciones y suites, la mayoría con vistas al océano, dotadas de las comodísimas camas Sheraton Sweet Sleeper y con microondas en la propia habitación, es un referente del lujo en la zona. Entre los servicios generales, y aparte del Spa, habitual prestación de casi todos los buenos hoteles de Hawái, son recomendables los ocho bares y restaurantes del complejo, como Teppan-yaki Dan, especializado en carnes y mariscos orientales, y Ka’napali Sunset Luau, donde se sirve la exótica cocina local. El resort, además, está muy próximo a Black Rock, el mejor lugar de la isla para practicar snorkeling.
Madera y bambú
Quien prefiera privacidad y atenciones más personalizadas puede alojarse en el hotel-boutique Paia Inn (www.paiainn.com), cuyas habitaciones han sido renovadas recientemente con un atractivo diseño (aunque este alojamiento abrió sus puertas en 1962), donde la madera y el bambú, junto al travertino de los baños, son los grandes protagonistas. Junto a una playa de unos 5 kilómetros de longitud, con arenas suaves y blanquísimas, aparte de las actividades habituales en los centros costeros, los huéspedes del hotel pueden practicar yoga en el jardín. Por su parte, The Ritz-Carlton, Kapalua (www.ritzcarlton.com) suele figurar en las principales Gold Lists de hoteles del mundo. No es extraño si se tiene en cuenta su atractivo diseño, los servicios que disfrutan los huéspedes y una exquisita calidad en el trato. También por el hecho de que en uno de sus dos campos de golf, The Bay Course, se disputa un torneo oficial de la PGA. Por cierto, que aquí se encuentra también una de las academias de golf más prestigiosas de Hawái. En la elección también influyen, con seguridad, instalaciones como la piscina de tres niveles y más de 330 m2, o el lujoso restaurante y terraza The Banyan Tree. En cuanto a las habitaciones (465, incluyendo las dos grandes suites-residencia), están repletas de atractivos y confortables detalles, como el mármol de los baños, suelos de maderas nobles y obras de arte de estilo hawaiano.
Decoración opulenta
Para finalizar, en la zona de Wailea, al sureste de Maui, la prestigiosa cadena Waldorf Astoria es propietaria del resort Grand Wailea (www.grandwailea.com). El complejo tiene 780 habitaciones, incluyendo 52 suites, decoradas de una forma realmente opulenta, y otras cien agrupadas en la Napua Tower, club privado donde disfrutar de servicios exclusivos. Entre las muchas prestaciones y actividades que ofrece el hotel destaca su Spa, uno de los más grandes de Hawái, con sus 15.000 m2 y 40 salas para tratamientos, incluida la innovadora Termé Wailea Hydrotherapy. Un magnífico lugar donde relajarse tras un largo día al sol y de vivir el mar de esa forma tan activa como se disfruta en Hawái.
Selección Viajar: Four Seasons Resort Maui
El del Four Seasons Resort Maui, en la encantadora localidad de Wailea, los estadounidenses lo sitúan, año tras año, en el top de los mejores Spas del país. Quizás sea por el ambiente que consiguen crear los profesionales que aplican las terapias curativas y antiestrés; quizás por el exquisito gusto en la decoración de cada una de las trece salas de tratamientos; o por la delicadeza de las fragancias orientales y tropicales que todo lo envuelven; o, tal vez, porque los huéspedes están invitados a comprobar los beneficiosos efectos de las sesiones de yoga en un entorno natural y realmente relajante… Lo cierto es que todos ellos, al finalizar su estancia aquí, tienen la seguridad de haber disfrutado de una de las experiencias más exclusivas de todo Hawái.
Las suites, por ejemplo, son las de mayor tamaño de la isla y ofrecen la privacidad de verandas o patios exclusivos, a salvo de miradas ajenas. Y aquellos que deciden hospedarse en la Club Floor tienen acceso a servicios exclusivos como una biblioteca repleta de títulos actuales, además de ordenador, jardín privado y un agradable lounge para tomar un cóctel con aperitivos y entremeses, un té o un café, abierto durante todo el día. El concierge de este club, además, gestiona desde las actividades acuáticas o el fee para una jornada de golf hasta la reserva de tratamientos en el Spa o resuelve asuntos administrativos relacionados con el viaje de los huéspedes.
Aún más atractivos: las habitaciones (hay un total de 380) están equipadas con lujos tan modernos como puertos iHome, adaptadores para MP3, reproductores de DVD con lector para tarjetas gráficas y, por supuesto, acceso a Internet. Además, merecen una mención especial los restaurantes del complejo, entre los que destaca Spago, donde el chef Wolfgang Puck ofrece una divertida fusión entre la cocina tradicional hawaiana y californiana, con técnicas culinarias de lo más sorprendente; o la Serenity Pool, una piscina de casi 250 metros cuadrados de superficie de uso exclusivo para adultos, situada en una terraza con unas apabullantes vistas sobre el Océano Pacífico.