Sabor inglés: Los grandes de Londres


Vista de Londres desde una habitación del Savoy, que reabrió sus puertas en octubre  de 2010.

Londres, bulliciosa y vanguardista, se precia de contar con verdaderos palacios donde aún se respira un cierto gusto victoriano y donde viajar en el tiempo con billete de primera. Tomar el té en el Ritz, donde Carlos de Inglaterra protagonizó su primera aparición pública con Camila Parker Bowles, un cocktail en el Savoy, que inspiró famosos crímenes de Agatha Christie (La muerte de Lord Edgware, por ejemplo), o desayunar en el Dorchester, paseando la vista por uno de los parques más emblemáticos de Londres, son algunos encantos reservados para los huéspedes de los mejores hoteles de la capital. La mayor parte de los hoteles de lujo de Londres están en el West End, la zona que rodea a Trafalgar Square, el kilómetro cero de la capital. Esto supone poder llegar caminando a las principales postales de Londres y disfrutar de sus teatros y tiendas sin necesidad de tomar el transporte público.

Uno de los iconos de Londres, el Savoy, reabrió sus puertas en octubre de 2010 tras permanecer tres años cerrado para acometer una restauración valorada en 100 millones de libras, una de las más ambiciosas en la historia de los hoteles británicos. El mítico hotel abrió sus puertas en el distrito del West End Theater en el año 1889 y permaneció abierto, superando dos guerras mundiales, hasta el 15 de diciembre de 2007. La casa Bonhams sacó entonces a subasta hasta tres mil piezas del mobiliario del establecimiento, incluida la cama donde durmieron Humphrey Bogart, Charles Chaplin y María Callas. El Savoy fue también donde tuvo lugar la última aparición pública de Winston Churchill, al que acudía para las reuniones de su club privado, The Other Club. En contra del tópico, comer bien en Londres es posible. El restaurante Simpson’s in the Strand del Savoy sigue siendo un referente de la mejor cocina tradicional británica.

En un día de compras, después de recorrer Harrods, Harvey Nichols y Sloane Square, vuelva caminando al Berckley. Nada mejor que darse un refrescante chapuzón en la piscina de su azotea para enfrentarse con ánimos a una deliciosa cena en su restaurante Koffman’s, regentado por el aclamado chef Pierre Koffman. Y si quiere dejarse confundir con un personaje célebre mientras miles de turistas disparan contra usted sus cámaras digitales, entre en el Ritz y forme parte de la leyenda de una cadena cuyo nombre siempre va asociado al lujo. Aquí podrá deleitarse con un delicioso Afternoon Tea o, si lo prefiere, entrar a formar parte de su exclusivo Club de Juegos. Jugar al póquer en la antigua pista de baile del hotel es una experiencia inolvidable. Tanto si gana como si pierde, lo mejor para terminar la jornada es darse un homenaje en su exquisito restaurante. Y recuerde: a diferencia de otros muchos en la capital, el restaurante del Gaming Club está abierto hasta las tres de la mañana. Una hora tan buena como cualquier otra para abrir las ventanas de su suite y disfrutar de las mejores vistas sobre Green Park, uno de los más evocadores de la ciudad. Empápese de este silencio reparador y pida un whisky de malta mientras se acomoda en una de sus lujosas butacas estilo Luis XV.

Espectáculos y glamour

Por su parte, el hotel oficial del Royal Albert Hall, el Gore, ha sido descrito por los medios de comunicación británicos como la propuesta hotelera más fotografiada y romántica de la ciudad. Ubicado entre Kensington y Knightsbridge, el servicio de conserjería del hotel es famoso por su eficacia. No hay entrada a musical, concierto o teatro que se le resista. Una vez terminado el espectáculo, lo mejor es tomar un cocktail en su glamouroso Bar 190. Escenario de la grabación de la película de los Rolling Beggars Banquet en 1968, hoy sigue siendo el favorito de los miembros más chic del mundo de la farándula. Si prefiere disfrutar tan solo de la compañía de los suyos, la zona VIP del bar se puede alquilar desde unos 400 euros la noche.

Para conocer cómo viven los aristócratas de Londres no puede perderse una estancia en The Connaught. Perteneciente a la cadena Relais&Chateaux, es uno de los pesos pesados de la hostelería londinense. Estratégicamente situado en el aristocrático barrio de Mayfair, está en el recorrido habitual de numerosas celebrities que encuentran irresistible terminar su jornada de compras con un brunch en el restaurante de Helene Darroze, una aclamada restauradora francesa que acaba de conquistar para The Connaught su segunda estrella Michelin.

Gótico de contrastes

Uno de los últimos miembros de este selecto club de hoteles de lujo es el recientemente inaugurado Saint Pancras Rennaisance Hotel. Perteneciente a la misma cadena que su hermano mayor, el también despampanante Rennaisance Chancery Court, el nuevo hotel de la cadena Rennaisance aprovecha los antiguos cuarteles de la majestuosa estación de Saint Pancras para crear un edificio de ensueño que respeta y engrandece el estilo gótico del modelo original. Todos aquellos que se hospeden en él podrán disfrutar del contraste entre sus gruesos muros de ladrillo rojo y sus altísimos techos forrados en pan de oro. La estructura original de hierro ha sido respetada y mejorada, y lo mismo puede decirse de los exclusivos diseños de sus paredes. En plena estación del Eurostar, recientemente celebrada por el cine en las películas de Harry Potter (desde aquí salía el tren a Hogwarts), el hotel es perfecto para los que utilicen Londres como punto de partida a otros destinos y no quieran renunciar al lujo más exhibicionista de la capital.

Selección Viajar: The Dorchester celebra 80 años de historia

El Dorchester, probablemente el hotel que mejor define el gusto clásico inglés, empieza su declaración de intenciones desde su ubicación frente a Hyde Park. En pleno barrio de Mayfair, el buque insignia del grupo Dorchester Collection vela por la continuidad de un mundo de opulencia y culto al detalle, las señas de identidad de esta cadena hotelera. Para celebrar sus ochenta años de vida se ha asociado con la ONG británica Trees for the cities. Gracias a esta iniciativa plantará 15 árboles en Mayfair y otros 65 en cualquier zona de Londres que elija la ONG. En total, 80 árboles, uno por cada año de vida del hotel.

Inaugurado en 1931, el Dorchester es una leyenda viva del savoir fair británico. Durante la Segunda Guerra Mundial se convirtió en un lugar de encuentro para periodistas y políticos ya que era uno de los puntos más seguros de la ciudad. De todos estos acontecimientos da cumplida cuenta la exposición fotográfica que recrea su tradición como hotel de referencia para varias generaciones de aristócratas, artistas y famosos… En 1947 el Príncipe Felipe celebró allí su despedida de soltero.

Las habitaciones del Dorchester –250 entre suites y habitaciones dobles– vuelven a transportarnos a ese mundo casi perdido de la Inglaterra más depurada. Casi todas tienen excelentes vistas a Hyde Park. Las más buscadas son las conocidas como las roof suites, las suites del tejado: la suite Audley, la Terrace y la Harlequin recuerdan al glamour hollywoodiense que siempre ha acompañado al hotel. Algo que hoy queda muy claro con su tradicional té de las cinco… que adaptado a los nuevos tiempos comienza a servirse a la una y cuarto de la tarde.

El Dorchester también ha decidido recuperar el glamour de la hora del cocktail en su exclusivo The Bar. Degustar un Dorchester of London, cocktail de ron y fruta prohibida, un exquisito licor que figuraba en la carta original de 1930 y que no se ha utilizado en los últimos 60 años, cuesta algo menos de 20 euros.

El Dorchester, en connivencia con el Plaza Athenèè de París, oferta una experiencia única: dormir en una de las dos ciudades y comer o cenar en la otra, en cualquiera de los restaurantes de Alain Ducasse, ambos poseedores de tres estrellas Michelin.